FILOSOFÍA DE LA RELIGIÓN ¿CREER O NEGAR?
Desde la historia de la
creación, ha surgido el pensamiento del hombre, con él, algo muy abstracto, rígido
y sobre todo innato, la creencia. La creencia, se caracteriza principalmente,
por creer siempre en la existencia de un ser supremo, que con el pasar del
tiempo se vuelve, un don único, porque creer en un ser supremo metafísicamente
es llegar a conocer al motor inmóvil de toda la creación, llamado Dios, Alá, Yahvé,
Mahoma, Zeús, etc…
Dios siempre ha recibido bastantes
y miles de nombres, que realmente, nos llevan a la misma reflexión, hay un Dios
que tiene la soberanía, sobre todo; por ello, surge la filosofía de la religión
con el rama de ocuparse del estudio reflexivo a
profundidad de la religión, incluyendo argumentos sobre la naturaleza y existencia de Dios, el problema del mal, la relación entre la religión
y otros sistemas de valores como la ciencia y la ética.
El despertar de esta
filosofía se hace con el fin, de conocer realmente, en diáfano como nace la
religión, ¿qué es una religión? Entonces la religión es la dimensión esencial de toda persona en todo tiempo y lugar, comprende
fenómenos y experiencias diversas, es objeto de estudio de varias disciplinas Y
afecta esencialmente a las relaciones del hombre consigo mismo
(felicidad-salvación-inmortalidad), con el mundo (creación, uno-muchos...), con
Dios (existencia, atributos, revelación).
Bueno, ahora después de saber estos
rasgos, ¿con qué fin existe una filosofía, un Dios supremo según la religión,
un dogma y rito que nombra la presencia de Dios? El fin último de esta ciencia,
tiene relación con la metafísica, es llevar al hombre, en su esencia a la
felicidad, si lo hablamos desde un punto moral y ético, “el fin último de todo hombre,
es la felicidad”.
En conclusión toda esta ciencia, según
nuestra denominación religiosa, nos lleva a conocer a Dios, por medio de la
razón, la razón y la fe, no se divorciaron; antes bien, deben estar más juntas,
con el fin de transcender ese matrimonio hacia la plenitud, de que el hombre se
encuentre con su Dios y Dios con el hombre.
ZAMIR FRANCISCO ORTIZ GALEANO
SEMINARISTA
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