lunes, 27 de marzo de 2017

¿Un santo hablando de derechos?

¿Un santo hablando de derechos?






La persona y obra de Fray Bartolomé de las Casas (1484-1566) se nos presenta en nuestro tiempo estrechamente ligada a la teoría y práctica de los derechos humanos. Bartolomé de las Casas fue el defensor de los indios y, por ende, defensor de los hombres, de todos los hombres, de todos los oprimidos en todos los tiempos y en todos los lugares. Defenderá sus derechos como seres humanos, personas racionales y libres, y luchará por conseguir para ellos la dignidad, la libertad, la justicia, preservar su cultura, su tierra y sus bienes.

Fue una persona, que lucho por el bien de la humanidad, en espacial por los indios, desterrados, emigrantes, exiliados, en fin el de todos quien veía que sus derechos eran nulos, este peculiar Fray, mostrando una visión de la antropología filosófica, la hermenéutica y en especial de los derechos humanos, muestra como todos somos iguales no importa nuestros orígenes sino antes bien le preocupaba, que el mismo hombre es el cáncer de sí mismo porque no buscamos sino en ser superiores a los demás y no realmente al quien lo necesita, mirar una ayuda o una palabra de aliento, hacer valer realmente quién soy y no lo que las otros entes esclavizadores querían hacerme parecer.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos, 1948, ha adquirido un progresivo reconocimiento y presencia en la conciencia de los hombres, en los ordenamientos jurídicos de los Estados, y en las políticas de los gobiernos, pero sigue planteándose como el gran desafío para el futuro de la humanidad: el garantizar todos los derechos humanos para todos los seres humanos, puesto que la humanidad es una, como ya argumentara Bartolomé de Las Casas. En el desarrollo de los derechos humanos se han diferenciado tres etapas –tres generaciones-, además de la denominada “generación cero”, que está referida a ese largo pasado de tradiciones religiosas, filosóficas y culturales, que recogen las aspiraciones de dignidad, libertad, justicia y felicidad del ser humano.






Ese espíritu humanista, demuestra que aunque presentamos una revolución humanista “anticuadas” ese espíritu humanista, ha sido el derróchelo para que nosotros hoy en día estemos  luchando por buscar el bien de la sociedad y más hoy en día, cuando realmente, también vemos cuantas personas pasan y dañan nuestros derechos y especial hoy en dia, nuestros “desgraciadamente” nuestros gobernantes, esas personas, que en buscar mejoramiento de la sociedad, lo único que han hecho es destruir y descomponer con algo que se llama Ideología (sea cuales sea), solo y el simple hecho de tener a esa minoría comiendo bien, pasándola bien, mientras que nosotros los que realmente anhelamos que respeten nuestros derechos, nos están distorsionando, con una "palmadita" en la espalda todo está bien y ahí sí en elecciones somos importantes, pero cuando suben al poder ni la palabra nos dan, es triste y lamentable que un gobierno del sistema capitalista, el más corrupto, con carencia de ética, no busca la verdadera Utopía, uno que sea en donde todos busquemos el bien de todos y aunque la conciencia moral sea distinta sea mejor nuestra ayuda.

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